Casi sin darnos cuenta hemos llegado a junio, en pocos días terminará el colegio, con él el comedor escolar y toca organizarse en casa.
¿Sabías que las necesidades de los más pequeños cambian durante esta época del año?
Es posible que los horarios de desayuno, comida y cena sean más flexibles, algo que puede traer la paz, o el caos, dependiendo de cada casa.

Cuatro puntos clave
1. Hay que seguir ofreciendo vegetales, tanto crudos como cocinados. Y como te he explicado en otras ocasiones, que los toquen solo para sacarlos del plato ya es un éxito, así que calma.
2. Los niños necesitan energía, por eso tenemos que ofrecer alimentos con hidratos de carbono, como el arroz, la pasta, la patata o las legumbres (si también en verano). Sé que has leído muchas veces que es mejor dar cereales integrales, pero para mí hay que encontrar el equilibrio entre ambos.
3. Un poquito de proteína, que no tiene por qué ser siempre de origen animal. La cantidad de proteína que necesitamos es pequeña, así que no es algo que deba preocuparte en exceso, un poquito de carne, mejor blanca, un poco de pescado, alternando blancos y azules (excepto los grandes) y algún huevo, pero ten en cuenta que los frutos secos o las legumbres también son muy buena fuente de proteína.
Nota mental: un plato de legumbre no necesita segundo plato proteico, y si haces un arroz o pasta completo, tampoco.
4. Fruta de temporada y color serán nuestros grandes aliados. Hay mucha variedad de frutas, de colores vivos, que nos permiten plato creativo (te invito a visitar el perfil de @fruta_divertida en Instagram para inspirarte).
Calor, sudor, hidratación
Uno de los grandes peligros del verano es la deshidratación. Los peques se mueven más y sudan más, si tienes un bebé, además, ten en cuenta que regulan peor la temperatura.
Para evitar sustos:
- Alimentos frescos que aporten agua, los vegetales y frutas son excepcionales
- Agua siempre a mano: si tienes niños pequeños, ofréceles agua con frecuencia, porque a veces se les olvida
- Si tienes un bebé menor de 6 meses, ofrece teta o biberón más a menudo
- Si tu peque ya ha empezado la alimentación complementaria, puedes ofrecer frutas, agua, teta o biberón

¿Y cómo saber si está bien hidratado?
En este caso el secreto está en el pañal (si lleva). Si hace pipí con frecuencia y este es claro, todo ok.
Si no lleva pañal, igualmente la clave nos la da la orina. Tiene que hacer pis varias veces y este debe ser claro y sin olor fuerte (el de primera hora de la mañana no cuenta).
Si tu peque no hace pis, o notas alguno de los síntomas que te dejo más abajo, puede tener deshidratación.
Signos de deshidratación en pediatría
- Boca seca o pastosa
- Ausencia o escasez de lágrimas al llorar
- Ojos hundidos
- En bebés, fontanela hundida
- Mal humor, irritabilidad sin motivo aparente (puede ser por otras causas también)
- Somnolencia o mareos
Según la gravedad de la deshidratación, podemos solucionarla dándole agua a nuestro peque, o puede ser necesaria la intervención médica.
¿Cuándo acudir al médico?
Si tienes un bebé menor de 12 meses y lleva 24 horas sin tolerar biberón o teta (ni otros alimentos).
Si pasa 3 o 4 días sin poder comer nada sólido.
Si no notas mejoría.

NO LE OFREZCAS refrescos, bebidas para deportistas u otros brebajes caseros. Si necesitamos hidratar a un peque en esta situación, es mejor recurrir a los preparados médicos, ya que tienen una cantidad de agua, electrolitos y azúcares adecuada.
El resto, pueden empeorar el cuadro.
Si el pediatra te recomienda refrescos para rehidratar, cambia de pediatra.
¿Pero qué debe comer un peque en verano?
Como ya he dicho, el verano es momento de flexibilizar, pero si no quieres que llegue septiembre y tengas que lamentar las vacaciones, es mejor que mantengas la base de unos hábitos saludables.
Organiza el menú semanal, porque puede que hasta ahora no tuvieses que preocuparte porque comía en el comedor, pero ahora conviene que mantengas cierta variedad de alimentos:
- Legumbres: un par de veces por semana
- Pescado blanco y pescado azul: entre 2 y 3 veces por semana
- Carne roja: 1 vez por semana, máximo
- Carne blanca: dos o tres veces por semana
- Huevos: alrededor de tres veces por semana
- Vegetales: crudos y cocinados, A DIARIO, tanto en comida, como en cena
- Arroz: una vez por semana
- Pasta: una vez por semana

Evita tirar con demasiada frecuencia de precocinados, embutidos y también de improvisación, que no suele ser buena aliada de la alimentación saludable.
Otro de los intrusos que se pueden colar en tu rutina durante estos meses es el rey del verano, EL HELADO. Por supuesto que se puede comer helado en verano (incluso en invierno si te apetece) pero evita que tus peques desplacen la fruta de la merienda por helado diario.
Pues el mío es llegar el calor y no comer
La gran preocupación de todo adulto que tiene que alimentar a un peque es que este se niegue a comer. Y esto es algo que te puede pasar con frecuencia durante el verano.
Igual que, si hace mucho calor, los adultos preferimos beber a comer, los peques también sufren este efecto.
Lo importante es que NUNCA LE OBLIGUES A COMER, simplemente tenlo en cuenta y ofrece con más frecuencia pequeñas ingestas completas (fruta, leche fresquita, batidos caseros). En este caso, evita zumos y refrescos que, aunque aportan agua y energía, les quitan el apetito y no aportan nutrientes.
Última mención, para un clásico del verano
No hay verano sin barbacoa, amigos, aire libre, diversión, nunca nos viene mal. Sin embargo, ten en cuenta varias cosas:
- En la barbacoa se pueden poner vegetales y pescados, además de panceta, morcilla, chorizo y carne
- No olvides llevar agua, fundamental para los peques, pero los adultos también necesitan hidratarse, y aquí entre nosotras la cerveza no es una buena opción.
- Fruta, siempre, como postre. Si no la llevas, seguro que nadie come, pero si está, antes del helado o lo que toque, un poco de fruta es un buen recurso.
- ¿Y la ensalada? Recuerda que la mitad de lo que comemos debe ser vegetal, así que, si tu barbacoa es tradicional, más vale que tengas en cuenta incorporar los vegetales de otra forma.

El verano es para disfrutar, descansar y cargar pilas para la vuelta en septiembre, pero recuerda que cuidarnos no es cuestión de estaciones, menos, en el caso de los peques de la casa.
Pásate por mi perfil @mapiherrero_nutricion y cuéntame cómo organizas tu verano.